El Parlamento Europeo ha dado un paso decisivo en la lucha contra el cambio climático al aprobar un proyecto de ley que prohíbe la venta de vehículos nuevos que emiten dióxido de carbono a partir del año 2035. Esta medida tiene como objetivo abordar el impacto del transporte en las emisiones de gases de efecto invernadero, una contribución significativa al calentamiento global.
La votación, que obtuvo el respaldo de 339 parlamentarios, marca un hito importante en el compromiso de la Unión Europea para reducir las emisiones netas que contribuyen al cambio climático en un 55 % para 2030, en comparación con los niveles de 1990. Este ambicioso objetivo requiere una acción rápida y efectiva en múltiples sectores, incluyendo la industria, la energía y el transporte.
La prohibición de la venta de vehículos nuevos con motores de combustión a partir de 2035 es una parte integral de este esfuerzo. La Comisión Europea ha propuesto una reducción del 100 % en las emisiones de CO2 de los automóviles nuevos para ese año, impulsando la transición hacia vehículos eléctricos y alentando a los fabricantes de automóviles a invertir fuertemente en electrificación.
Esta medida histórica también servirá como un catalizador para la creación de una infraestructura de carga de vehículos eléctricos más amplia en toda Europa. La Unión Europea planea implementar otra ley que requerirá que los países instalen millones de cargadores de vehículos, lo que facilitará la transición a una flota de vehículos más limpia y respetuosa con el medio ambiente.
Sin embargo, para que esta prohibición se convierta en una realidad, aún se requieren negociaciones con los Estados miembros de la Unión Europea. Aun así, la votación del Parlamento Europeo marca un paso significativo hacia un futuro más sostenible y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en el continente.